Yo era de los que pensaba que correr es de cobardes, de hecho no corría
desde aquel día en el patio del colegio, cuando Juan el broncas, nombre
ficticio por supuesto, que aunque no he vuelto a tener contacto con él, esto de
Internet es muy traicionero.
Como decía, aquel día al ver venir corriendo en mi dirección a Juan el
broncas, empecé a correr yo también, algunos dijeron que por prudencia, en
realidad corrí por evitar las dos hostias que el menda daba a sotavento y con
la mano abierta como flor en primavera a modo de bienvenida.
Tenía la firme decisión de no volver a correr más desde aquel día, pero
leí un artículo donde se hablaba de los beneficios de correr, como que era
bueno para la salud, proporcionaba satisfacción, y otras lindezas por el
estilo, entonces llego la frase que cambiaría mi vida, había que calentar antes
de correr, al día siguiente ya tenía bambas.
Recuerdo como si fuera ayer aquel día, mi mujer con mallas, camiseta y
bambas, y yo con el tanga de piel de leopardo, sospechando que lo de calentar
no lo había pillado bien.
Entonces me enseño una tabla de ejercicios que había que hacer antes de
correr, le pregunté si no podíamos saltarnos esa parte, que yo ya venía
caliente de la cama, su mirada y la
media hora siguiente haciendo posturas para las cuales no está diseñado el ser
humano, me confirmaron que no solo no podíamos saltar esa parte, sino que además
era tremendamente complicado los primeros cinco minutos.
Winter is Coming.
Interesante blog, Xavier. Y muy buena terapia.
ResponderEliminarSaludos.
Juancar
Gracias Juancar, como terápia lo cree.
ResponderEliminarUn abrazo.