martes, 26 de julio de 2016

Breve encuentro con el pasado

No es que mi pasado me persiga, más alla de mi pequeña incursión en el mundo del hampa mi vida siempre ha transitado por el lado amable.

El otro día recibí una llamada inesperada, no era de una operadora de telefónia ni de mi banco preocupado por mi salud, quien llamaba era mi primo Manolo, nada extraño a priori, si no fuera por el hecho de que apenas había tenido trato con él, aparte de bodas y bautizos, cuando la gente estaba para tales dispendios y un día que fuí a su trabajo a pedirle ayuda para encontrar un lugar bien remunerado donde estrenar mi reciente titulo de programador, que con buen critério paso por alto, no en balde era el único de la familia con titulación académica, y mi recién estrenado titulo de programador estaba expedido por una académia de dudosa reputación, lo cual ponía el susodicho título en el mismo nivel que el papel higiénico, con la salvedad que este último rascaba menos.

Pero vamos a la llamada, quería hablar conmigo y como era evidente que no quería que le ayudara a buscar un lugar bien remunerado tengo que reconocer que me dejo un poco, digamos perplejo, vamos, más mosqueado que un mono con un teléfono (disculpar, pero yo estudié la EGB) quedamos para la semana siguiente.

Cuando cruzó la puerta apenas percibí cambios en su fisonomía, estaba tal como lo recordaba, empezó a contarme su historía y el motivo de su visita, a causa de la crisis había pasado de ser un empresario de éxito a tener muchos y serios problemas, sin embargo mientras me lo explicaba radiaba tranquilidad, me dijo que había encontrado a Dios, vaya por delante que soy ateo convencido, y si en algún momento hubiera tenido la sensación que intentaba captarme para su causa me hubiera despedido amablemente hasta que volviera la gente a casarse o bautizarse para coincidir con él, sin embargo lo que ví fué una persona que creía lo que decía he intentaba hacerme participe, evidentemente había una carga de intentar convencerme, pero sin presión lo cual le agradecí.

Cuando algunas personas tienen problemas serios suelen acudir a Dios en busca de respuestas, algunas  saltan al vacio

Desde mi ateismo beligerante me deja tranquilo que Manolo haya decidido encontrar a su Dios en el camino en vez de saltar desde nueve metros de altura, más o menos un tercer piso, intentando emular a Icaro.

Winter is Coming

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