sábado, 17 de septiembre de 2016

El día que me muera dejaré un gran vacio

Es curiosa la mente humana, una vez te jubilas además de llevar un control milimétrico de las obras de tu lugar de residencia, junto con los bares donde puedes miccionar sin perder capacidad adquisitiva, acabas pensando en la muerte, por aquello de la cronología.

No negaré que ya había pensado antes en ella, de hecho tenía un plan para cuando viniera a buscarme la parca, pensaba decirle .-si no me llevas te prometo quedarme quieto aquí, que evidentemente no me iba a hacer caso, lo sé, pero imaginar por un momento que me diga que vale, el panzón de llorar que me iba a dar, en primer lugar por morirme, que ya por si solo tiene una carga de mala leche implícita importante, y después porque ya es mala suerte precisamente ahora, que lo de estarme quieto lo llevo tan mal.

Una de las cosas que más me aflige es, que habiéndome pasado la mayor parte de mi vida intentando hacer reír a los que me rodean, vas al final y la cagas, todo el mundo llorando a moco tendido, por eso, desde hace algún tiempo le voy pidiendo a la familia y amigos que en mi funeral quiero que canten gospel, si es posible un grupo malo, así no me llevo toda la culpa del llanto.

Lo dicho, el día que me muera dejaré un gran vacío.......en mis pantalones.

Winter is Coming.


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