martes, 9 de julio de 2019

Mi yo digital


Mis primeras escaramuzas con el mundo digital se remontan a los albores de la informática en España, cuando para conectarse a Internet solo había dos nodos en el país, uno en Madrid y el otro en Barcelona, los que me venís siguiendo sabéis que mi nivel intelectual roza el negativo, no encuentro otra razón lógica a que decidiera conectarme al nodo de Madrid cuando llamar a Madrid era conferencia, cuando recibí la primera factura post-digital les envié una misiva donde educadamente declinaba su oferta de comprar la empresa, al menos de momento, como el mail por aquellos tiempos era privilegio de unos pocos entre los que no me encontraba usé el medio tradicional de correos, que parece ser que aún no se habían percatado de la evolución de los medios de transporte y se tomaban su tiempo en enviar las cartas, el caso es que al cabo de un par de meses me llegó la contestación de Telefónica con un veinte por ciento de recargo, visto lo cual decidí posponer el contencioso hasta que la comunicación fuera más fluida.
Un tiempo después mi hermano que trabajaba como un animal en una empresa que daba cursos de informática me regalo uno de aquellos cursos, acabado el cual el director me dijo que era bueno y que me hubiera ofrecido un puesto como profesor si tuviera algún titulo
.-entonces este papel que me habéis dado no me va a servir de mucho, no?
 Pasados tres años de aquello me enteré que mi hermano que  trabajaba como un animal para aquella empresa había escogido como animal para trabajar el camello, y yo que siempre he sido una persona recta, de frente porque de perfil tengo una ligera curvatura a la altura de los hombros que no viene al caso ahora mismo, así que lo dejo ahí, el caso es que para una persona de mi rectitud que me hubiera pagado dicho curso con dinero del cártel me dolió, afortunadamente el tiempo había realizado bien su trabajo y a esas alturas me había olvidado de la mitad de lo aprendido y eso contribuyo a que tan solo me sintiera la mitad de mal de lo que me hubiera sentido.
Estudié por mi cuenta programación en parte para lavar mi imagen y también porque me gustaba mucho, en el camino de casa al metro había dos videoclubs, entonces no existían Netflix ni HBO, después de analizar las dos ofertas me quedé con el que estaba más próximo a casa, no hay Netflix, no hay HBO, ergo hay que devolver las películas, bueno, también porque su catálogo de porno era mejor que el otro, el caso es que entable amistad con el propietario un visionario que decía que el futuro estaba en los ordenadores y que había mirado un programa para gestionar el videoclub pero era carísimo, vi mi oportunidad de demostrar mi valía como programador y le ofrecí mis servicios, el hombre que era un visionario de la tecnología del futuro no lo era tanto para escoger personal porque accedió a mi oferta, resumiendo para no hacerme pesado, al cabo de poco tiempo cambié de casa y él se quedó sin programa, decir que no le cobré nada al fin y al cabo seguía siendo una persona honesta, y yo visioné gratis todo el catálogo de porno de donde saqué varias ideas para el futuro.
En el barrio nuevo también había un videoclub y para entonces yo había desarrollado un programa de gestión de videoclubs que estuvo utilizando hasta que cerró.
Ahora mismo mientras escribo estas líneas mi nivel de informática es de pre-usuario, solo sé encender el ordenador y cagarme en tó cuando falla el wifi.

Winter is coming.

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